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No trabajes sin un deadline

Foto del escritor: Yulia DibrovskaYulia Dibrovska

Actualizado: 17 ago 2023



Imagínate que tienes que subir una montaña muy alta.


¿Lo harías del tirón o por fases?


Cualquier proyecto es una montaña y las fases son las tareas en las que lo dividimos para poder abordarlo y conseguir completarlo.


Los proyectos necesitan disciplina y motivación para que no desees tirar la toalla ni tengas la sensación de estar siempre en el mismo punto sin avanzar.


Si divides un gran proyecto en bloques y los bloques en tareas más pequeñas, conforme las vayas completando, irás viendo tu progreso y estarás a tope de motivación.


¿Qué más necesitas para completar los proyectos y no perder el entusiasmo?



Un deadline o fecha límite


En la universidad nos dividíamos en cuatro tipos de estudiantes:


  1. Los que estudiaban a lo largo de todo el curso.

  2. Los que estudiaban varias semanas antes del examen.

  3. Los que estudiaban la noche de antes del examen.

  4. Los que no estudiaban.

Yo era del tipo 3. Quizás no tan radical y empezaba a estudiar un par de días antes, pero la noche de antes del examen era sagrada: silencio, grillos, bebida energética (por un tubo) y los apuntes.


¿Qué me pasaba? Que veía el deadline acercarse y entonces dejaba de procrastinar con lo que fuera, me enfocaba con todas mis fuerzas y sacaba adelante el proyecto (materia para el examen).


Te doy otro ejemplo.


Has quedado y deberías de empezar a arreglarte, pero te pones a hacer de todo menos eso. Cuando te das cuenta de que ya no te queda nada para salir y tú ni te has vestido, entonces sí que dejas todo de lado y te arreglas en un periquete.


¿Por qué?


El dichoso deadline. Lo vemos lejano hasta que nos pisa los talones y nos empuja a avanzar.


¿Cómo aprovechar la motivación de las fechas límite?


El empujón que te da ver tu deadline asomarse desde la esquina puede trabajar a tu favor.


No puedes esperar a los últimos días para empezar con tu proyecto y pretender hacerlo con calidad y la dedicación que se merece. Es imposible.


En vez de dejarlo todo hasta la fecha límite final, aprende a desgranar los proyectos grandes en fases y las fases en tareas más pequeñas. Ahora ponle a cada una su fecha límite y anótatelas en tu agenda.


Aunque te relajes en los primeros días, verás que se acerca el deadline para la tarea 1 y le darás caña, después la 2 y también aumentarás la dedicación y podrás vencer mejor la procrastinación. Así, con todas las tareas, fases y finalmente, el proyecto completo con su fecha límite de entrega final.


Podrás celebrar las pequeñas victorias y mantener la motivación y el entusiasmo de principio a fin.


Dividiendo las fases y tareas podrás ir solucionando los problemas según vayan surgiendo, sin la necesidad de esperar hasta el final para que se destape todo el pastel.


Como consejo final, recuerda ser realista y asignar unas fechas límites acordes a las tareas programadas.



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