
Es la segunda obra que leo del escritor Neil Gaiman y tiene su marca inconfundible. Inquietante, incluso a veces perturbadora, mezcla de mundos paralelos, sueño vs. realidad. Una adolescente se muda con su familia a una vieja casa de apartamentos y descubre una puerta misteriosa que la conduce a otro mundo, idéntico al suyo. Cuanto más se fija, más se da cuenta de que no se parece tanto como creía en un principio.
Una peligrosa aventura que obliga a Caroline a sacar todo su coraje, decisión y bondad. Nos hace pensar en lo que realmente tenemos y de lo que nos quejamos tanto: la familia. ¿Si desapareciera? ¿Haríamos cualquier cosa por recuperarlos o no nos preocuparíamos?
Mi personaje favorito: el gato negro sin nombre. Como todos los gatos, se da cuenta de cosas que otros no ven, sabe aparecer por sorpresa, atravesar pasajes invisibles, es sabio e independiente. Los animales para Gaiman tienen una naturaleza muy distinta a la del hombre. Viven entre dos mundos, ven realidades alternativas y por consiguiente son una fuente de conocimiento desconocido para las personas. Los que tenemos un gato en casa nos lo creemos con facilidad. Ellos parecen ver siempre cosas invisibles para los demás.
Una historia perfecta para Halloween o para apreciar incluso aquello que te tiene aburrido :)
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