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Gaia me hace comer mejor

Foto del escritor: Yulia DibrovskaYulia Dibrovska

Actualizado: 17 ago 2023


Desde que supe que venía.

En el embarazo una intenta ser más selectiva con todo lo que se lleva a la boca. Incluso si nunca has leído una etiqueta en el super en tu vida. ¿Huevos? Mejor Bio. ¿Pan? Mejor integral. ¿Verdura? Mejor lavarla a conciencia. ¿Se ha congelado el salmón antes de hacer el sushi? Entonces mejor me pido otra cosa. Y así con muchas cosas más.

Después viene la lactancia y también hay que ser muy selectiva con la comida. No es que la teta tenga un tubo directo a nuestro estómago pero de alguna manera lo que comes tú lo come el bebé. Y así empiezas a comprar mejor, a cocinar más y dedicarle más tiempo a todo el asunto de la alimentación.

A los seis meses comienza la introducción de la AC (alimentación complementaria a la leche materna) y claro, no vas a darle al bebé cualquier fruta o verdura. He descubierto la existencia de las tiendas ecológicas que son además muy sorprendentes. Todos hemos visto las verduras procedentes de agricultura ecológica o la leche de vacas que pastan libremente o incluso huevos de gallinas que viven en libertad y comen pienso del bueno pero... ¿sabíais que hay cepillos ecológicos hechos de madera para evitar tanto plástico? ¿Tampones y compresas de algodón bio sin plásticos? ¿Champús naturales? ¿Cereales de desayuno bio y sin una pizca de azúcar? Es todo un mundo y claro. Cuando empiezas a intentar comprar mejor para que tu bebé coma mejor, tú también te contagias de lo sano y comes mejor.

Hace poco no me habría imaginando horneando pan ni haciendo unas hamburguesas de mijo ecológico con verduras bio y AOVE. Os confieso, hasta hace poco no tenía ni idea de lo que era AOVE. Cuando lo veía escrito pensaba: ¿No sería mejor echarle aceite de oliva? :) Bueno, pues obviamente también hay AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) procedente de agricultura ecológica. (Buscad el sello de la UE)

Ahora hay muchas cosas bio y eco, cuando de toda la vida se ha comido lo que ha dado el campo y era lo más sano. Las industrias alimentarias nos han engañado hasta tal punto que comemos barbaridades que merman nuestra salud. Todo está lleno de azúcares escondidos (incluso la alimentación de los niños que debería de ser criminal), sal, componentes nocivos, potenciadores de sabor que lo único que hacen es que queramos comer más y más de lo que sea que estemos comiendo. Donde pone sin azúcares añadidos le añaden cosas peores. Donde pone light echan de todo igualmente haciendo que sea mucho peor.

Cada vez comemos más ultraprocesados que llevan tantísimo relleno y tan poca materia prima. No leemos las etiquetas. Consumimos sin pensar. Comemos mal. Vivimos mal. Y todo con nuestro propio dinero. Los únicos que ganan son las industrias alimentarias que ganan cada vez más invirtiendo menos. Y las farmacéuticas que a mayor número de enfermos, más pastillitas venden. Comamos bien, señores. Leamos las etiquetas.

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