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Visita a las bodegas de la Hacienda del Carche (Jumilla, Murcia)

Foto del escritor: Yulia DibrovskaYulia Dibrovska

Actualizado: 17 ago 2023


Hace algunos años en un viaje frustrado a Escocia que terminó en una detención en Londres (sí, así fue) me regalaron el libro de Nora Roberts "Las viñas de Napa Valley" supongo que porque fue el primero que encontró el oficial del aeropuerto en castellano. Para evadirme de mi lamentable situación me sumergí en el mundo del vino y las intrigas de una familia. Cuando llegó la mañana ya había leído la mitad del libro y me había llamado mucho la atención la estampa de los viñedos y el increíble trabajo que supone sacar adelante todo aquello que llegaba en líquido embriagador a nuestras mesas.

Desde entonces me he propuesto "abrir" mi paladar a distintos tipos de vino, saber catarlo de verdad y apreciar todo el abanico de las posibilidades gustativas. He de reconocer que acabo de comenzar este increíble descubrimiento pero el aprendizaje me entusiasma mucho! Aprovechando las vacaciones y la estancia de mis padres con nosotros, hicimos una visita muy recomendable a la zona vinícola de Murcia y en especial a la Hacienda del Carche ubicada al lado de la Sierra del Carche (un precioso parque natural y cuyo nombre sirvió de inspiración). La hacienda y sus 15 km de viñedos producen unas 300.000 botellas al año lo que la ubica en una bodega pequeña-mediana.

Además de encontrarnos en un entorno privilegiado, rodeados de montañas y viñedos, nuestra visita pasaba por ver y degustar todo el proceso que hacía posible la transformación de las uvas tras la vendimia en distintas clases de vino. Como alguien que se interesa por ese mundo tan peculiar ya tenía algunas nociones por ejemplo que el vino dependía mucho de la piel de las uvas para darle color y textura o que el vino joven no pasaba por barrica. Mi sorpresa fue descubrir que sólo se podían usar aquellos tipos de uva que formaran parte de la denominación de origen (puede que obvio para muchos) o que las barricas se cambiaban cada 4 años para no perder sus cualidades.

Para finalizar la visita realizamos una cata estupenda con lo mejores sabores de la tierra de Jumilla. Tres tipos de vino: blanco, tinto joven con tres tipos de uva (Garnacha Tintorera, Syraz y Monastrell en un mayor porcentaje) y por último vino de reserva tras 6 meses en barrica también con tres tipos de uva (Monastrell de nuevo como protagonista, Garnacha Tintorera y Cabernet Sauvignon). Exquisitos todos ellos sobre todo acompañados por los quesos locales, mermelada de vino tinto y vino blanco así como aceitunas deliciosas de la misma hacienda.

Nos llevamos una impresión magnífica de la visita así como una botella de su "Taus" para nuestro deleite casero. Espero que pronto podamos visitar más viñedos y bodegas.

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