top of page

Vivir a pleno pulmón

Foto del escritor: Yulia DibrovskaYulia Dibrovska

Actualizado: 17 ago 2023



De joven le parecía a Paco que tenía un trabajo ideal. También que toda su vida lo era. Volar era su máximo sueño y logro. Era de los pocos que se levantaba emocionado por ir a trabajar cada lunes. Podía verdaderamente afirmar que, le pagaban por disfrutar de lo que hacía.


Por desgracia, incluso un sueño puede volverse una pesadilla. Tras aquel accidente en el que murió su compañero y por el que nunca cesó de culparse, Paco ya no volvió a ser el mismo. Ahora vivía en el campo, cerca de un pueblo pintoresco de La Rioja, conducía una furgo azul noche, y trabajaba en una avioneta echando fertilizantes sobre los campos de los vecinos de la provincia. Su sobrino le decía que parecía un personaje de la película Independence Day porque era piloto y además un cascarrabias. Lo que no le contaba el chico era, que el personaje además era alcohólico. Paco nunca reconocería que tenía un problema con la bebida, pero lo cierto era que, antes de volar, necesitaba aturdir sus sentidos para olvidarse de aquel maldito accidente.


Hoy tenía que trabajar. Se puso una generosa copa de coñac y se acercó a la ventana. El cielo estaba nublado. Mejor dicho, encapotado completamente. Paco lo observó con disgusto: las bolsas aéreas le revolvían el estómago después de haber bebido. Se planteó llamar al cliente y posponer el trabajo, pero lo descartó enseguida. No quería parecer un miedica. Cuando se preparó para salir y abrió la puerta, ya estaba diluviando. Paco maldijo en voz baja y corrió hacia su furgoneta.


El cielo decidió presentarle una batalla a la tierra, descargando con furia agua y relámpagos. Ahí, en medio de una guerra épica de los elementos, había una figura solitaria que atravesaba los cielos. De repente, un rayo dio en el ala derecha del avión. Todo se volvió un caos. Paco intentaba desesperadamente conseguir dominar a la máquina herida. Perdía altura y entonces pensó: "voy a morir". En ese momento, y contra todo pronóstico, no tuvo miedo. Lo que sintió fue una profunda tristeza por no haber vivido plenamente los últimos años. Por haber desaprovechado cada oportunidad de ser feliz, que tan generosamente le brindaba la vida. Al borde del abismo sólo podía pensar en el amor que aún le quedaba en las venas. Su familia. Al final, nada más importa.


De pronto, la máquina respondió a sus intentos agonizantes de reanimarla, se estabilizó a pocos metros del suelo. El piloto agotado colocó la avioneta en posición de aterrizaje y tocó el campo mojado por la lluvia. Era un milagro. Del aterrizaje forzoso quedaron destrozadas las ruedas de la avioneta, pero Paco estaba más vivo que nunca. En pocos segundos toda su vida dio un vuelco y ahora tenía una cosa clara: no quería seguir sobreviviendo, quería vivir. Vivir a pleno pulmón.

18 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Word Squeeze WS.png
bottom of page