
La recomendación número 1 siempre que hablamos de comunicación (sea del tipo que sea) es conocer a quién te diriges y adaptar tu lenguaje a su perfil, intereses, necesidades.
Nuestros mensajes no tendrán el mismo impacto en todo el mundo y debemos anticiparnos a las posibles reacciones y elegir las palabras y los efectos óptimos para transmitir lo que deseamos con mayor efectividad.
Cuando hablamos de la diferencia psicológica en la percepción de los mensajes persuasivos entre hombres y mujeres, debemos tener en cuenta también otros factores: nacionalidad, edad, mismo contexto, etc.
Pero… si nos ceñimos al género, ¿tantas diferencias hay en nuestra percepción?
Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus
Esta frase es el título de un psicólogo y experto en sexología estadounidense, John Gray, con una gran difusión y que décadas después sigue siendo un bestseller en su categoría.
El psicólogo analizaba diferentes situaciones por las que ambos sexos suelen enfrentarse al comprender las cosas desde una perspectiva muy diferente.
No nos olvidemos que la realidad es mucho más compleja que sí y no, blanco y negro, día y noche. Ante todo somos personalidades, pero es un hecho de que, lejos de encasillarnos, podemos aprender mucho si observamos la manera de ser de cada sexo.
¿Cuál es nuestra manera de interpretar los diferentes mensajes a los que estamos expuestos?
Sensibilidad a la emoción.
La investigación psicológica ha demostrado que, como regla general, las mujeres suelen tener una mayor sensibilidad a los mensajes emocionales. Una mujer hace mayor análisis de lo que siente y realiza un ejercicio de introspección hacia su interior con mayor frecuencia de lo que hace la mayoría de los hombres.
Esto hace que las mujeres sean mucho más receptivas a ser persuadidas por mensajes que apelan a las emociones.
Aquellos anuncios que hablan de felicidad, familia, conexión interpersonal suelen dirigirse principalmente a las mujeres.
Los hombres, en cambio, responden mejor a mensajes que destacan la utilidad, el ahorro de tiempo o herramientas con características novedosas.
Los anuncios que destacan el rendimiento, la eficiencia o la competitividad funciona mejor con ellos.
Solución de problemas.
Otro de los parámetros para tener en cuenta es cómo queremos solucionar los problemas y qué problemas tenemos, claro.
Los hombres aprecian todo lo que les facilita la vida, soluciona sus necesidades de forma clara y directa. Productos como herramientas.
Las mujeres tratan de solucionar sus «dolores» mediante una conexión efectiva con los demás. Los mensajes persuasivos que se basen en un impacto positivo sobre las relaciones, la comunidad, la familia, funcionarán muy bien.
Estilo de comunicación.
Ya lo estás intuyendo seguro, pero nuestro estilo de comunicación va acorde a todo lo que hemos visto antes.
Los hombres reaccionan mejor a un lenguaje directo que va al grano y usa expresiones más neutras, pero muy bien argumentadas con datos y argumentos lógicos.
Las mujeres prefieren un tono más empático y conversacional, donde sientan que la comunicación es amigable y personal. Como si fuera una charla con alguien que conocen.
Comprender y aprovechar estas diferencias, así como saber bien cómo es tu buyer persona, puede ayudarte a establecer una comunicación más efectiva con tus clientes potenciales.
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