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Había oído hablar de este libro en varias ocasiones a través de entrevistas tanto a la autora, Rosa Jové, como al prestigioso pediatra y escritor Carlos González. Al verlo en formato electrónico en Amazon decidí leerlo por fin y mi primer pensamiento al comenzar fue: "Ojalá lo hubiese leído hace meses". Algo que me gusta mucho es la extensa bibliografía que hay para apoyar cada punto. Los que alguna vez hemos hecho una tesis sabemos las horas y horas de estudio que hay detrás de cada libro que se menciona.
Gaia tiene ya casi 18 meses y son 18 meses durmiendo a trompicones por las noches. Y es NORMAL. Hay muchísimos mitos y falsas creencias con respecto al sueño infantil. En vez de estudiar la naturaleza humana y adaptarnos a ella, la sociedad se ha propuesto intentar adaptar a los niños a nuestros horarios y lo que nos "conviene" a los adultos.
A los bebés no se les "enseña" a dormir porque ya duermen antes de nacer. A muchos padres nos "comen la cabeza" con lo que nuestros bebés DEBEN hacer y nos cuentan poco lo que fisiológicamente PUEDEN hacer. Un bebé no duerme igual que un niño, un niño no duerme igual que un adolescente, un adolescente no duerme igual que un adulto y un adulto no duerme igual que un anciano. Cada etapa de nuestra vida está marcada por nuestro cuerpo, por los ritmos biológicos y nuestras capacidades humanas.
Los métodos conductistas empezaron a nacer en los años 50 con los numerosos experimentos de "premio y castigo". De ahí salen los métodos de intentar hacerles quedarse dormidos solos a los bebés dejándoles llorar siguiendo una tabla de tiempos. Los más conocidos son los métodos de Ferber copiado después por Estivill. Leí el libro del último estando embarazada y siendo bastante ignorante en todo lo que es la crianza. Podéis ver un poco más sobre ello en mi post https://bit.ly/2Qp09gR sobre Crianza Respetuosa. Ya me había encontrado varios estudios sobre los efectos nocivos de "no atender a los niños porque se supone que así les enseñamos dormir" en los cuales se destacaba que a pesar de que los bebés no lloraban ya resignados a que nadie fuera a venir, el nivel de estrés en su cuerpo seguía igualmente por las nubes. Y sabéis que hacen las hormonas del estrés en esas criaturas tan pequeñitas e indefensas? Pues matan neuronas, nada más y nada menos.
En el libro de Rosa Jové hay mucho análisis no sólo de las secuelas fisiológicas de los metodos conductistas en los bebés sino también psicológicos. Y es que como sostienen tantos psicólogos como Alice Miller (El drama del niño dotado), los traumas de la infancia nos siguen a lo largo de toda nuestra vida adulta. Depresiones, ansiedades o incluso cosas más graves, casi siempre se originan en nuestra niñez.
Para los que aún no dormís la noche del tirón como la que escribe estas líneas, sólo os puedo decir que mucho ánimo y que todos los bebés a SU tiempo acaban durmiendo. Llegará un momento en el que no nos necesitarán ni para dormirse, ni a la hora de despertarse por la noche, ni para cuando tengan una pesadilla. Pero entonces miraremos atrás y sabremos que lo hemos hecho lo mejor posible.
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